Los conocimientos neurocognitivos ofrecen esperanzas para los trastornos de ansiedad
La ansiedad es un trastorno común que padecen millones de personas. Puede llevar a evitar situaciones difíciles, perderse experiencias y aislarse socialmente. «Cuando se trata de trastornos de ansiedad, el análisis clínico ha tendido a centrarse en cómo piensan y sienten las personas», afirma la coordinadora del proyecto DARE2APPROACH Karin Roelofs(se abrirá en una nueva ventana), de la Universidad Radboud(se abrirá en una nueva ventana) (los Países Bajos). «La cuestión es que uno puede sentirse ansioso, pero mientras esto no le impida llevar a cabo acciones concretas, entonces no se trata realmente de un trastorno. Conocemos a muchísimas personas con un alto rendimiento que sufren ansiedad, que quizá se mueren de miedo al subir al escenario, pero lo hacen».
Exploración de mecanismos neuronales
En el proyecto DARE2APPROACH, financiado por Consejo Europeo de Investigación(se abrirá en una nueva ventana), Roelofs adoptó un enfoque neurocognitivo para comprender mejor por qué persiste la conducta de evitación aunque tenga un coste tan elevado. Para ello, estudió los mecanismos encefálicos que permiten a las personas anular las tendencias automáticas de evitación y examinó cómo ponderamos los costes y los beneficios cuando decidimos acercarnos o evitar una situación. El equipo del proyecto probó los mecanismos neuronales utilizando diversas técnicas. Por ejemplo, escanearon los encéfalos(se abrirá en una nueva ventana) de personas que realizaban acciones de «acercarse y evitar» para obtener una recompensa a riesgo de recibir una descarga eléctrica(se abrirá en una nueva ventana) o ver una cara de enfado utilizando una palanca de mando. «La gente tiende a evitar los sobresaltos y las caras enfadadas, aunque la evitación tenga un coste —explica Roelofs—. Entonces, ¿qué ocurre en el encéfalo que nos ayuda a anular este impulso?».
Enfoque neurocientífico del comportamiento de evitación
Como era de esperar, las personas con trastornos de ansiedad mostraron mayores dificultades que las personas «sanas» para anular sus tendencias automáticas de evitación. Lo que hizo que este proyecto fuera tan innovador fue que se pudieron revelar los mecanismos neuronales(se abrirá en una nueva ventana) subyacentes a esta dificultad. «El pensamiento convencional ha sido que la parte frontal del encéfalo (el córtex prefrontal) muestra una actividad reducida en las personas con trastorno de ansiedad —señala Roelofs—. Sin embargo, lo que encontramos es exactamente lo contrario: está sobreexcitado. Esto es lo que causa la disfunción». El equipo del proyecto también examinó diversos componentes químicos y estructurales del encéfalo y descubrió que la amígdala —un importante centro de procesamiento de las emociones— envía fuertes señales a la corteza prefrontal. «Realmente adoptamos un enfoque neurocomputacional para este reto», dice Roelofs.
Tratamiento de las personas con trastornos de ansiedad
Con estos nuevos conocimientos, el proyecto estudió cómo mejorar el tratamiento de las personas con trastornos de ansiedad. Para ello se ha desarrollado una técnica novedosa, denominada estimulación transcraneal alterna de doble sitio. «Descubrimos que la actividad de ondas lentas de una parte del encéfalo se sincroniza con ondas rápidas procedentes de otra parte cuando el paciente se acerca a una cara enfadada —señala Roelofs—. Nuestra idea era que si podíamos controlar mejor(se abrirá en una nueva ventana) esta sincronización, podríamos mejorar las reacciones ante situaciones difíciles». El equipo del proyecto descubrió que la estimulación de las ondas encefálicas en dos áreas neuronales podía mejorar la sincronía y el control de las emociones tanto en individuos sanos como ansiosos. Una clínica está probando ahora la intervención para potenciar el tratamiento de exposición en pacientes con ansiedad. Además de las implicaciones clínicas, Roelofs cree que las conclusiones del proyecto tienen importantes implicaciones para la investigación futura. «Deberíamos invertir en encontrar formas de intervenir directamente en el sistema neuronal central, por ejemplo utilizando la estimulación transcraneal por ultrasonidos para modular directamente la actividad, incluso en la amígdala —añade—. Es algo en lo que estoy trabajando ahora».
Palabras clave
DARE2APPROACH, neurocognitivo, ansiedad, encéfalo, clínico, neural